Y se sentía el fin del mundo porque siempre pensé que debería ser frío y tener un poco de todo: un poco de mar, un poco de montaña, un poco de islas, un poco de viento, un poco de hielo, un poco de bosques, un poco de la magia de una postal de Papá Noel pero en el polo sur y un poco del País De Nunca Jamás. Ushuaia me llegó como una ola de belleza que costó asimilar.


La ciudad la vi tan limpia y tan prolija, para sorpresa de sus habitantes, pero a la vez no paraba de perderme intentando subir o bajar a las rutas que la costean. Ushuaia está trazada en zig-zags, con calles asimétricas donde podés encontrar tres o cuatro seguidas para un mismo lado y luego una cortada que te obliga a girar o ir hacia el lado contrario. Algunas son tan empinadas que sentís que tenés la rueda de adelante en el aire.
Cada vez que tenía que encontrarme con alguien salía una hora antes por las dudas y siempre era puntal a pesar de lo pequeño que es el lugar. Me parece una característica disfrutable, es como si quisiera que la conocieras y fuera cambiando y mezclando sus calles para que no salgas de ella. Se trata de una de esas ciudades que quisiera que Italo Calvino agregara a sus Ciudades Invisibles.



Los alrededores impresionan porque no tienen paisajes normales, son todos espectaculares, al menos para una porteña acostumbrada a la llanura pampeana. Las montañas que la rodean ostentan nombres como el Cerro de los Cinco Hermanos, por sus cinco puntas nevadas, y el Monte Olivia, mi preferido.
Aquí, al igual que en Río Gallegos, la gente se rige por el clima. Si hay un lindo día de sol y un poco de calor (convengamos que para ellos un poco de calor no es lo mismo que para mí) dejan de hacer sus quehaceres y salen a disfrutar del día. Por lo general, la loma de pasto frente al lago, que se encuentra bajo la ciudad, y al casino, por la tarde se llena de gente tomando mate. Este punto es el último en quedarse sin sol, sino ya hay que trasladarse al Parque Nacional que queda a veinte minutos en auto. Desde allí los rayos se esconden detrás de la montaña y la loma queda nuevamente vacía a la espera de otro día soleado.


La gente de Ushuaia fue muy linda conmigo. Anduve por radios y canales de televisión por lo cual un motociclista me paró en la calle para saludarme. Cuando me pasan estas cosas no me da tiempo a reaccionar en el momento. El otro se emociona, lo saludo y cinco minutos después me emociono sola porque no me entra aún en la cabeza que alguien pueda lagrimear por mi viaje. Me dan ganas de sacudirlos y decirles que ellos pueden, que todos podemos alcanzar lo que queramos: nunca es tarde.
Volvió a ocurrirme cuando me subí al barco para una excursión, cortesía de unos amigos. Me encontré con tres motociclistas que venían desde Capital Federal; Buenos Aires, para los extranjeros. Ya sabían de mí y me dijeron que en la ruta era famosa, esto creo que fue un poco en broma.
El negro, un hombre sentimental, alto y canoso pero aún con chispa de juventud en los ojos, se emocionó al punto de tenerlos acuosos. Su hija está aprendiendo a manejar motos y también quiere hacer un viaje, quizás con el padre. No le dije nada en ese momento porque me costó mucho procesarlo pero ahora me surgen unas ganas enormes de abrazarlo.
Él es el director del Club Náutico de San Isidro, si mal no recuerdo. Uno de ellos venía en una Transalp, otro en una África (desde que la vi en Camboya quiero una) y no me acuerdo la tercer moto pero estaba dentro de ese rango. Me pregunto si lograré procesar las cosas más rápido, en el momento, porque últimamente necesito mucho tiempo, se vive tanto en un día que mi mente está abarrotada de información y sentimientos. ¿Tendré un embudo dentro que termina funcionando defectuosamente con tantos datos como las avenidas de Buenos Aires en hora pico?




Contar sobre una ciudad en menos de mil palabras es algo extremadamente difícil, más cuando sentís que te quedaron miles de espacios por recorrer y gente con la que hablar. Mi estadía fue tranquila en la casa de una familia amorosa que me llevaba de aquí para allá y me contaba la historia de cada rincón.
Con el padre fuimos al Parque Nacional Tierra Del Fuego, cada uno en su moto, donde me explicó un montón de cosas sobre la naturaleza. Los bosques parecen de cuento. Como los que uno se imagina leyendo las aventuras de Puck escritas por Kipling (recomiendo una buena traducción de Puck of Pook’s Hill para los niños o cualquiera que guste de este autor).
Esos bosques espesos con árboles despeinados cubiertos por barbas claras que indican la pureza del aire y a la vez le dan un halo de misterio como si en cualquier momento se fuera a cruzar un duende o una ronda de hadas. Pero no es Inglaterra y tampoco un bosque céltico; es el fin del mundo, el extremo más al sur antes de la Antártida, rodeado de montañas nevadas en punta que señalan el cielo y de lagos de mil colores con aguas calmas que en un segundo el viento las vuelve indomables.






Aquí, antes de que llegaran los misioneros Kelper desde las Malvinas y mucho antes que Argentina mandara militares y estableciera la famosa cárcel que alojó al petizo orejudo (el primer asesino en serie conocido en mi país); mucho antes, estas tierras eran habitadas por los Yámanas y los Onas. Los Yámanas me llamaron mucho la atención al leer sobre ellos. No solo por la desnudez de su cuerpo a pesar del frío sino también por su baja estatura y por su forma de trabajar frente a la necesidad y pasar el resto del día disfrutándolo si la comida no escaseaba. Eran un pueblo con una lengua dulce, rica en vocales y más amplia aún que el castellano. A veces quisiera viajar en el tiempo.
Amo este lugar hasta el punto que casi me dejó de importar el frío. Las montañas y el mar son imponentes y crean paisajes tan bellos que a veces hasta se te olvida respirar. La calidez de la gente compensa el gélido aire. Ojalá que se quede así, que no crezca más y siga con sus rincones salvajes y sus colores que exhalan pura vida.

MIS VIDEOS DE USHUAIA
QUÉ HACER Y VER
Aconsejo ir al blog de Dale Viaja ya que Claudia es de Ushuaia y con Coco estuvieron mucho tiempo allí escribiendo sobre el lugar. El Parque Nacional Tierra del Fuego es hermoso y tiene muchas caminatas, largas y cortas. La excursión de navegación en barco que te venden las empresas se disfruta y ofrecen diferentes opciones para elegir dependiendo si sólo se quiere ir al faro Les Eclaireurs y a las islas Bridges o hasta la pingüinera en la isla Martillo que queda mucho más lejos en el canal de Beagle.
Además aconsejan ir a lugares como la Laguna Turquesa y la Cueva de los Témpanos que si ven fotos se quedan deseando tomarse un avión en este preciso instante. A mí personalmente me encantan los animales y me llama mucho la atención presenciar la vida de los castores en la Laguna Esmeralda. También la naturaleza del Lago Escondido y el Lago Fagnano a los que se puede acceder con coche.
Agrego ir a comer a Puerto Almansa, un pueblo de pescadores que tiene menos de 20 casas y algunos lugares hermosos para pasear y para almorzar. Ojo que los precios son un poco picantes, una empanada de centolla no baja de los 18 pesos (marzo de 2015). Pero irse de Ushuaia sin probar centolla es casi pecado según dicen (no apto para alérgicos a los mariscos).
Muy cerca de Almansa se encuentra la estancia Harberton cuyas tierras se pueden recorrer con vehículo propio. Construida en 1886 por Thomas Bridges para su misión anglicana, fue el primer establecimiento de la isla. Hoy en día posee bastas tierras de gran belleza y una estancia con un museo.
En el camino de vuelta a la ciudad, también se puede realizar un paseo en trineo tirado por perros. Visité uno de los refugios durante marzo, aún verano, y confieso que me dio un poco de pena. Más allá de la alta calidad en salud y el cuidado que les brindan, los perros están atados y sin poder actuar libremente como manada ni tener el cariño humano que piden constantemente. Muchos perros y pocas manos. No estoy muy de acuerdo con la explotación turística de los animales.

Muy bien escrito. Me quedé manija de saber un poco mas sobre la historia de los indígenas que vivían ahí o de las costumbres, ideas o desarrollo cultural de la ciudad en la actualidad. Nosotros arrancamos en un año a viajar nuevamente, en una de esas nos cruzaremos por la ruta. Buena vida y lindos viajes
Hola Nahuel! En internet hay mucho. A mí me gustó lo que encontré sobre los Yamanas, tienen muchas historias lindas en su mitología. Buenos vientos por el camino y nos tomamos unos mates más adelante!
Hola si queres saber mas busca el libro «El Ultimo Confin de la Tierra» de Lucas Bridges que trata sobre la llegada de los primeros colonos y su trato con los Yamanas, es muy completo y su eacritos hasta hizo un diccionario Yamana Ingles con mas de 4000 palabras, saludos!!
Gracias Maxi por la información!Primera vez que escucho del libro. 🙂 Buenos vientos!
Gracias por el relato e imágenes !…a seguir en el camino.
Me encantó el relato!, te re sigo, GENIA!!! y Ushuaia es es uno de los lugares más bellos que conocí, gracias por escribir y transmitirnos tus vivencias, hasta el próximo post!, besote Meli
🙂 abrazote Meli!!!
Hermoso tu relato, de esos que invitan a agarrar nuestra fiel dos ruedas y salir a los caminos sintiendo esas emociones que van del llanto a la risa en un momento y ni siquiera tener muy claro el porqué. Soy de Buenos Aires pero hace 10 años que vivo en Puerto Madryn y en todo este tiempo he tenido el privilegio de conocer parte de nuestra bella Patagonia que he aprendido a sentirla como propia. Son muy lindas tus historias y las leo con el placer del viaje en mi mente que algún día realizaré. Buenos vientos, buenas rutas!!!
Ushuaia es mágico para andar en moto Fernando, te lo recomiendo porque se que te va a gustar. Un abrazo grande y buenas rutas!!!
Impecable tu relato Guada, Ushuaia (bahía protegida) es así de hermosa, vista desde la tierra, el mar o el aire.
Si comiste calafate, seguro vas a volver, y nuevamente te vas a fascinar. En la Unión, de Tohuin (corazón de la tierra) te recuerdan con mucho afecto.
Es verdad que cada vez hay más gente que sabe de vos y te reconoce, jamás dejes de sorprenderte, no alambres el terreno del asombro.
Por las fotos de la ciudad, las públicas en tu segundo viaje, el de reincidencia.
Te mandó un gran cariño, seguí mostrando nuestro hermoso suelo, con calor o frío, seguí, te seguimos muchos.
Muy buenos vientos!
Sergio
Gracias Sergio!!! Tolhuin es otra belleza. Tierra del Fuego sorprende. Creo que no es posible no asombrarse cada vez. Un abrazo grande y buenos vientos!
¡Excelente crónica Guadalupe!, que bueno que hayas podido disfrutar nuestro bosque, ¡que tengas buen viaje!
Gracia sy buenos vientos!!! 🙂
Y ahora Ushuaia tiene tambien un poco de Guada. Está mas encantadora. Me encanta su relato, genial.
Gracias Batista y buenos vientos!
Tenés buen gusto para las motos…tuve 2 africa twin, la mejor de todas…excelente crónica como siempre, como vos decís, dan ganas de salir ya para el fin del mundo. Saludos!
🙂 Te subiría la que vi con dibujos del mundo, hermosa. La tengo en la página de fb entre las fotos. En ese entonces no sabía el nombre. Buenas rutas y buenos vientos!
Hermoso Ushuaia, me encantaron las fotos y el relato!
Gracias Noelia! Abrazos!
Guada! Fue lindo reencontrarnos y conocerte, nos hubiera gustado que te puedas quedar un tiempo más pero así como lo relatas el clima es un factor no menor por estas latitudes, te mandamos un fuerte abrazo y que tengas el mejor de tus viajes!
PD: Gracias por recomendar que lean nuestro blog, esperamos estar a la altura de la recomendación =)
Abrazo Viajera!
🙂 Claro que si! Antes de recomendarlo me puse a leer jajaja. Un abrazo enorme para los dos. A mí también me gustó poder compartir con ustedes. Los veo en la playa!!!
Qué lindo relato Guada… Soy de Uruguay, visitamos Ushuaia en febrero pasado con mi flia, y me enamoré perdidamente de ese lugar. 8 días no fueron suficientes. Qué emoción revivirlos en tus fotos. Volveré en moto, algún día, ojalá… 🙂 Abrazo y buenas rutas.
:0 Si probaste calafate seguro que sí. Un abrazo grande y buenos vientos patagónicos!