Una amiga local decidió darme una sorpresa llevándome a ver los templos de Prambanan. Nunca había escuchado sobre santuarios religiosos de Indonesia que quitaran el aliento por lo que no tenía demasiadas expectativas. Me sorprendió. Frente a la primera vista panorámica del conjunto me paralicé unos segundos. El posicionamiento y tallado de cada piedra parecieran haber sido pensados para impresionar a los mismos dioses. Me senté bajo su sombra y me quedé allí un rato largo sintiendo su energía. Es uno de esos sitios que me hubiera gustado tener cerca de niña para poder darle más color a mis sueños de hadas y princesas extranjeras.



Construidos durante el siglo IX bajo la dinastía Sanjaya, con más de 200 templos, es el complejo hinduista más grande de Indonesia. Con tantos templos en ruinas quizás no parece gigante, pero su arquitectura impresiona de todas formas.
Fue nombrado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1991, debido a su antigüedad e importancia religiosa. La que se considera como piedra fundacional, tiene una inscripción fechada en el año 856.
Planeado como un gran mandala arquitectónico, contiene tres recintos rectangulares concéntricos amurallados.
El centro de la plaza interior está dedicado a la Trinidad hindú (Trimurti): Brahma, el Creador; Vishnu, el Preservador; y Shiva, el Destructor o Transformador. El templo central, dedicado a Shiva, consta de 47 metros de altura transformándose en una construcción impactante tanto por su belleza como por su tamaño. En su interior hay cuatro estatuas: la de Shiva, su esposa Durga Mahisasuramardhini Dewi (cámara norte), su hijo Ganesya (cámara oeste) y la de su profesor Agastya (cámara sur).
Los tres templos muestran tallas que ilustran la epopeya de Ramayana. Casi como una película relatan las mil historias que les son contadas a los niños hindúes desde su nacimiento.




A su lado, hay otros tres templos dedicados a los animales que les sirven de transporte: el toro de Shiva, el águila de Brahma y el cisne de Vishnu.
La plaza interior es envuelta por el recinto intermedio de 200 metros de lado que solía tener 224 templos idénticos. Estaban distribuidos geométricamente en cuatro filas recordando las figuras repetitivas dentro de un mandala. En la actualidad sólo quedan las bases y algunas piedras sueltas ya que, con el paso del tiempo, fueron volcadas por sismos e utilizadas para la construcción de otros templos. Las esculturas y bajorrelieves más impresionantes fueron saqueados por los holandeses durante su colonización.
Cada uno de los templos es una representación del Monte Meru en India, hogar de Shiva. Por ello las agujas apuntando al cielo, como queriendo volver a las alturas. Parecieran cubos de hielo que se derriten en forma contraria a la ley de gravedad retornando a los confines donde pertenecen entre deidades e historias divinas.




En el recinto exterior sólo quedó la entrada meridional. Aparentemente estaba dedicado a las viviendas de los monjes y sacerdotes. Las mismas estaban construidas con materiales orgánicos por lo que no sobrevivieron el pasar de los años.
El complejo ha sufrido erupciones volcánicas, cambios de poder político, terremotos y saqueos. Aún así conserva el misterio de su increíble belleza y sigue en pie a la espera de tu encuentro. El mayor exponente del arte hindú del país te espera con sus contrastes, relieves, estatuas, parques y misticismo.
Sus alrededores contienen algunos de los templos budistas más importantes del país: Candi Sewu, Candi Mendut, Candi Lumbung, Candi Morangan y Candi Plaosan entre otros.




HISTORIA DE PRAMBANAN
El hinduismo arribó a la isla con los mercaderes indios y la dinastía Sanjaya se encargó de impulsarlo con la construcción de Prambanan. El conjunto de templos fue planificado en etapas posiblemente como respuesta a la construcción del templo budista Borobudur (dinastía Saliendra) coincidiendo con el resurgimiento del hinduismo en la India y la decadencia del budismo. Los templos hindúes comenzaron a proliferar y la religión a expandirse hacia otras islas como Bali que aún conserva sus costumbres.
El complejo fue abandonado poco después de que se completó ya que el mando de poder se trasladó al oeste de la isla, posiblemente debido a la erupción del Monte Merapi.
Encontrándose en la zona llamada Anillo de Fuego, la isla cuenta con un alto grado de movimientos sísmicos y actividad volcánica. Prambanan a sufrido mucho a causa de ello. El mayor sismo fue en el siglo XVI que lo llevó al colapso siendo cubierto posteriormente por la vegetación.
En 1811 los británicos re-descubrieron los templos comenzando con su restauración en 1830.
En el 2006 soportó un terremoto 5.9 en la escala Richter. Aún hoy en día se pueden ver los andamios que resguardan algunos templos y muchas de las puertas cerradas para proteger al público.





La historia hindú le da su origen en el ombligo de Visnu que representa el centro de la energía del universo. Así se convirtió en la representación visible de la matriz de la creación. Alrededor de los templos se pueden observar distintas representaciones de la flor de loto.


Ubicación: Se encuentra a 18 kilómetros de distancia de Yogyakarta en sentido nordeste.
Entrada: 175’000 IDR, con carnet de estudiante 85’000 IDR.
Horario: 6:00 a 18:00 hs.
Consejo: Conviene llevar comida y bebida ya que es difícil encontrar dentro dónde comprar y puede llegar a ser caro.
«el que todo lo consume» kirtimuhka..parece el consumismo en el que nos vemos sumergidos todos los dias!!
Monstruo!
🙂 No lo había pensado… el consumismo que se come la cola y deja burbujas… burbujas que explotan en la cara de los que lo veneran. 😛