Pulau Nias es una isla ubicada al oeste de Sumatra en Indonesia. Reconocida mundialmente por los surfers, el turismo aún se encuentra en pañales. Están construyendo otro aeropuerto cerca de Sorake Beach donde se reúnen los buscadores de la ola perfecta. Las instalaciones son muy elementales aún pero hay un australiano que se enamoró del lugar y está edificando un hotel para los que quieran ir en busca de comodidades.
Apenas llegué vi una playa con un arrecife de coral muerto que la cubría y alojamientos bastante básicos. La isla fue arrasada por un tsunami y en el 2005 un terremoto que destruyó la ciudad e hizo que el agua bajara produciendo la muerte del coral en parte del arrecife. El mar aún no subió lo suficiente para cubrir los restos.

Decidí no quedarme más de dos días ya que no le veía atractivo alguno. Pero las primeras impresiones muchas veces son erróneas y hay que darle tiempo a los lugares para que te muestren su encanto.
En la playa había algunos surfers esperando la temporada que se había retrasado (de julio a septiembre). Dicen que las olas pueden llegar a 5 metros. Me encontré con el número uno de Brasil que me contó que aquí son perfectas: ni demasiado grandes, ni chicas; ni lentas, ni rápidas.
Dado que no surfeo y no es un lugar ideal para principiantes, los siguientes días decidí ir a recorrer en moto los alrededores. Un amigo nuevo, Antoni, se ofreció para llevarme a los lugares que creía que me iban a interesar (¡y cuán en lo cierto estaba!).


Nias tiene mucho más que ver que olas para aquellos que no sepan surfear. La cultura de la isla es por demás interesante y diferente del resto del país. Según algunos historiadores y arqueólogos es una de las pocas megalíticas que quedan en la actualidad. El relativo aislamiento geográfico permitió que se formara una cultura única.
El único contacto externo registrado antes de la intervención holandesa fue con los traficantes de esclavos de Banda Aceh, al norte de Sumatra, que llevó a la despoblación de grandes áreas. Desde 1857 estuvo bajo control holandés, pero se mantuvo al margen de los intereses coloniales hasta la conquista completa de la isla en 1906. Los comerciantes de Sumatra llevaron el Islam a muchas zonas costeras. El cristianismo fue introducido por los misioneros protestantes alemanes en 1865.
Actualmente cada aldea cuenta con al menos una iglesia y a lo largo de la carretera principal se ven diferentes construcciones religiosas. Seis de los siete clanes son protestantes y el resto se divide casi a partes iguales entre musulmanes (en su mayoría inmigrantes) y católicos. Sin embargo, Nias continúa hasta hoy en día celebrando su propia cultura y tradiciones indígenas. Su antigua religión era animista y basada en la adoración de los antepasados pero también tenían mitos sobre el panteón, el espíritu, el cuerpo y la muerte. Creían que al morir el espíritu seguía viviendo en el cielo.



Los Nias hablan su propio idioma que aprenden en casa ya que en el colegio sólo les enseñan Indonesio. Hay 2 dialectos que son difíciles de aprender dado que el lenguaje es más rico que el oficial. Por ejemplo, tiene distintas formas de decir “tía” dependiendo de si es del lado materno, paterno, de otra familia o tía de quién.
Para saludar a una persona mayor no le hablás por el nombre sino que la llamas con el rango familiar que representa su edad. A una señora que podría ser tu madre le llamás refiriéndote al nombre de su hijo mayor: “madre de Santiago” (Ka a ina Santiago) y a alguien que tiene pocos años más que vos y no tiene hijos le decís “hermana mayor”. Encuentro esta costumbre muy similar a la de china.
La cultura Nias se rige por un calendario lunar que controla las plantaciones y la vida local. Los bautismos, casamientos, fiestas y cosechas dependen de la posición de la luna. El 13 es un buen día para plantar frutas y el 8 para arroz. Cada mes hay un festejo de luna llena en el que se tiran bolas hechas con hojas y gasolina prendidas imitando los fuegos artificiales.
La mayoría de la gente vive de la agricultura y la pesca. Utilizan herramientas simples, como un cuchillo largo, una espada, palos y una cuchilla redonda. No aran la tierra con vacas o búfalos como en otras partes de Indonesia. Cultivan arroz, tapioca, frijoles, chile, maíz, plátano, cocos y café entre otras cosas.






Hay más de 100 aldeas tradicionales en la isla todas con construcciones típicas Nias. Algunas casas de madera tienen una influencia holandesa ya que fueron los colonos que más “aportaron” a nivel cultural. Las tradicionales son de piezas de madera empalmadas. No se utiliza cemento ni pegamento alguno. Se establecen sobre pilares verticales a su vez sobre bloques de piedra. Los techos solían ser de hojas de palmera pero hoy en día la mayoría tienen chapa para evitar tener que cambiarlo cada seis meses.
Los carpinteros son los que mejor ganan dentro de los trabajos de las aldeas. Construir una casa lleva cerca de dos meses de arduo trabajo. Lo asombroso es que son a prueba de terremotos dada la flexibilidad de su estructura y, como se encuentran en las colinas, también a prueba de tsunamis.
Se ven campanas, regalo de los colonos, que se utilizan para llamar al pueblo para una reunión, advertir sobre un peligro o, antiguamente, llamar a la guerra. El significado cambia según la cantidad de campanadas.
No tienen agua dentro pero algunas aldeas cuentan con bocas centrales en la calle. Ves a las señoras y a los niños con baldes buscando agua para sus hogares. Tienen baños públicos básicos que en verano a veces se quedan dos meses sin agua. Así y todo la gente decide quedarse en las aldeas y seguir viviendo como se hacía antaño. Caminando por allí ves la calle repleta de ropa extendida, arroz, hojas y demás alimentos secándose al sol. Los niños corren por todos lados con juguetes caseros y los ancianos se juntan a hablar. El sábado es día de mercado en el pueblo por lo que no hay tanta actividad.




Controlando la primer aldea que visité (Bawömataluo Village), estaba la casa del rey. Como símbolo de poder, es mucho más grande que las otras y está situada en la parte inferior de la U que forma la aldea. Algunas de las casas tienen tallas en piedra adornando las entradas (menhires). Eran autorizadas y otorgadas por el rey cuando consideraba que alguien había hecho una contribución importante a la aldea. Esta persona se sentaría en el consejo real.
Los Nias eran un pueblo guerrero por lo que las aldeas están ubicadas estratégicamente en las alturas de la isla para poder controlar las bahías. Según “Mangani Binu” para ser respetados debían decapitar a otra persona. Mientras más cabezas se acumulaba, se tenía una posición más alta en la sociedad. Esta tradición fue posteriormente erradicada de la cultura debido al cristianismo. En cambio, se reemplazó por la ceremonia del salto de la roca.
Entre los 16 y los 20 años los hombres debían saltar desde una construcción de piedra de dos metros para demostrar que eran suficientemente fuertes para ir a la guerra. Esto se debe a que utilizaban muros de piedra para defenderse. En un comienzo, cubrían el tablero superior con pinches de bambú como muestra de virilidad. En la actualidad algunas familias siguen realizando el salto como forma de conservar su cultura (¡pero sin pinches!). A los turistas se les ofrece mostrarles la ceremonia completa por 200’000 RP.




Con Antoni fuimos a visitar a uno de sus amigos. Tomamos café blanco (riquísimo hasta que me enteré que lo hacen con la caca de monos fermentada) y comimos galletas de tapioca con azúcar. La mujer de su amigo me contó que antiguamente las mujeres no podían estudiar o trabajar fuera de sus casas. Las mismas tienen una parte delantera que funcionaba para recibir invitados y el interior donde realmente vivían. Tienen dos comedores, uno en la cocina y otro principal en el frente.
Generalmente la familia comía en la cocina pero si venían invitados las mujeres se quedaban allí hablando y los hombres utilizaban el comedor delantero. Hoy en día cambió mucho el trato hacia el sexo femenino: las mujeres también reciben a los invitados, estudian en la universidad y se van a trabajar a otras ciudades en grandes empresas.
Los niños van al colegio entre las 8:00 y las 13:00 hs excepto los más pequeños que se quedan sólo hasta las 10:00 hs. Me pareció extraño verlos caminando a la escuela los sábados. El único día libre que tienen son los domingos en los que incluso los adultos no trabajan.
Las escuelas suelen estar cuidadas y bien construidas. Hay algunas estatales pero los padres trabajan duro para poder mandar a los hijos a las privadas que cuestan cerca de 7 USD por mes.
Las tierras en la isla son muy baratas. Por lo que me dijeron el metro cuadrado cuesta 1 USD. Pero para los salarios locales es un dineral. Si caminás por Baloho Beach te van a ofrecer tierras gratis para que inviertas aunque siempre hay que pedir que se haga todo bajo escribano. De a poco intentan atraer inversores y turismo. A pesar de ello pareciera que la gente es consciente de que mantener la cultura local es importante.









El 26 de diciembre de 2004, se produjo un terremoto en el Océano Índico que llevó un tsunami de hasta 10 metros a la isla. 122 personas murieron y cientos de familias se quedaron sin hogar. El 28 de marzo de 2005, la isla fue nuevamente sacudida por otro terremoto catalogado como el más fuerte del mundo desde 1965. Esta vez al menos 638 personas murieron, 13’000 viviendas fueron destruidas y 24’000 severamente dañadas.
La isla quedó en muy mal estado ya que los puertos, puentes, carreteras, escuelas e iglesias también quedaron dañados. En algunas zonas la costa se ha movido más de 50 metros tierra adentro. En otras áreas, más de 100 metros de terreno se expone fuera del mar quedando playas sin arena cubiertas por arrecifes de coral muerto.
Las casas tradicionales en Nias sobrevivieron debido a su construcción ya que se encuentran en las alturas, lejos del alcance de tsunamis. Arquitectónicamente la cultura tradicional del lugar aún se mantiene en las aldeas.
Actualmente su cultura se encuentra amenazada por la deforestación y la modernización. La isla ha sido despojada de sus bosques en los últimos 150 años desde que se prohibió la casa de cabezas por las religiones externas y la población creció rápidamente. La modernización está haciendo que la mayor parte de la gente prefiera vivir en casas no tradicionales y que de a poco pierdan su cultura tan atractiva. Cada vez más los jóvenes prefieren escuchar hip-hop y vivir al modo occidental. Algunos luchan por enseñar que mantener sus propias tradiciones es una forma de atraer turistas y, al mismo tiempo, venerar sus ancestros.
CÓMO LLEGAR E IRSE
Para ir a Pulau Nias primero hay que llegar a Sibolga por minibus. Una vez allí no es necesario tomar un tuk tuk, el puerto queda aproximadamente a 5 cuadras de la estación. El ticket se puede comprar directo en el barco aunque te digan que no. El ferry nocturno sale a las 21:00 hs pero hay que estar a las 20:00 hs. en el ferry. Incluso conviene llegar antes para que te den un buen asiento ya que son numerados. El asiento económico cuesta 70’000 RP y es muy básico. Si tenés suerte te tocan algunos vacíos y podés dormir. El viaje dura cerca de 12 horas durante las que algunas cucarachas intentarán subírseles por las piernas dependiendo del asiento.
Generalmente el barco te lleva a Gunung Sitoli y la camioneta tarda 2:30 horas para llegar hasta el campamento de surf en Pantai Sorake Beach. Lo más bajo que se puede negociar el precio es 60’000 RP y conviene tomarlo en el puerto porque sino te cobran 100’000 RP por ser sólo una persona. Por ello conviene tomar el ferry que te deja en Teluk Dalam a 15 minutos de Sorake.
Alternativamente hay un ferry rápido que tarda 4 horas y cuesta cerca de 180’000 RP. Para volver éste es el único que sale cada día. El lento sólo sale tres veces por semana y suelen cambiar los días, conviene preguntar en el puerto antes de salir. Si no hay barcos desde Teluk Talam hay que tomar un bus local (camioneta) que cobra 100’000 RP hasta el puerto de Gunung Sitoli.
También podés tomarte un avión nacional desde Medan y otros puntos hasta su aeropuerto. Desde allí un taxi te cuesta 50’000 RP.
Desde Parapat (Lake Tobas) hasta Sibolga hay que tomar un bus local en el puerto de Parapat hasta la estación de buses (carteles que dicen PNP Terminal) por 3’000 RP. A dos cuadras hay un ATM por si se quiere sacar dinero antes. Desde el ATM volvés para atrás y doblás a la izquierda en la primer cuadra y luego a la derecha. Vas hasta el final de la estación, volvés a doblar a la derecha y allí hay un puesto de policías de madera donde paran los minibuses a Sibolga.
No hay otra opción dado lo mal que están las rutas. Te dicen que cuesta 80’000 RP pero se puede negociar por 65’000. Los policías les cobran a los conductores 2’000 RP por el paso. Salen cada hora desde las 11:00 hs y tarda seis horas. También hay buses a Sibolga desde Padang (85’000 RP, 14 hs.), Medan (el lento cuesta 80’000 RP y tarda 11 hs., el rápido 85’000 RP y tarda 9 hs.) y Bukittinggi (80’000 RP, 12 hs.).

DÓNDE COMER
Comer barato en Sorake es tarea difícil. La botella pequeña de agua mineral cuesta 4’000 RP pero van a intentar cobrártela más. Si alquilás una moto podés preguntar dónde podés conseguir por 3’000 RP ya que algunos puestos de comida a la calle son más baratos (lo mismo con la botella grande). Otra opción es pedirle al que te aloje o a algún local que te rellene la que tengas por el mismo precio que cuesta en tierra firme. Ellos rellenan su bidón por 1’000 RP por litro por lo que es un buen negocio vendértela.
Comer en Sorake es caro. Un plato de fideos fritos con vegetales y huevo cuesta 15’000 RP. No dejes que te cobren más y tené en cuenta que los precios son negociables. Una buena opción es ir a comer a Laguni (15 minutos caminando desde Sorake).
Si tenés moto, amigos con transporte propio o estás dispuesto a caminar podés comer en los puestos locales a la calle. Un bol grande de sopa de noodles con un huevo duro y pollo cuesta como mucho 7’000 RP.




DÓNDE DORMIR
En Sorake Beach hay una oferta grande de alojamientos llamados Lossmen. Las habitaciones con baño propio y ducha fría van desde 35’000 a 100’000 RP. En Dolin (dolinwau@yahoo.com, FB: Firdolin wau) tienen habitaciones básicas con cama doble, ventilador y un baño que deja que desear por 40’000 RP. Su dueño es muy amable y siempre está dispuesto a explicarte la cultura del lugar. Hay que intentar conocer a Antoni (su amigo) que realiza buenas excursiones culturales a las aldeas y también de surf. Por otro lado, Double H se llena de surfers esperando las buenas olas de la temporada.
Si preferís tener una playa para descansar y tomar sol una opción es Laguni Beach. La habitación más barata podés conseguirla por 50’000 RP. Hay que preguntar las reglas de vestimenta ya que es la parte musulmana de la isla pero están acostumbrados a los turistas.



CÓMO RECORRERLA
La isla es demasiado grande para recorrerla a pie o en bicicleta. La mejor opción es alquilar una moto por 90’000 RP sin gasolina por día. La gasolina (ellos le llaman Bensin) cuesta 7’000 por litro en los puestos locales. Alternativamente podés cargar en la estación de servicio del pueblo que sale más barato (consultar indicaciones en tu alojamiento).
Si vas a Dolin preguntá por Antoni. Es un surfer que da clases pero también organiza buenas excursiones en moto por un día ya que conoce bien la isla y su cultura tradicional. Es uno de los siete hombres de la isla que aprobó el curso de guía turístico Nias. Habla bien inglés y puede introducirte con los locales para pasar un día en las aldeas tomando café blanco, comiendo galletas de tapioca y aprendiendo sobre su gente. También conoce bien los mejores lugares de la isla para surfear y da clases para principiantes e intermedios.




QUÉ VER Y HACER
No hay demasiadas cosas para enumerar pero hablar con los locales y aprender sobre la cultura lleva tiempo y es más gratificante de lo que uno espera.
- Surfear en Sorake Beach es la atracción principal por el momento. El agua es demasiado ajetreada para hacer snorkel.
- Alquilar una lancha para ir a surfear a otras playas en Double H Surf Camp. Cuesta 100 USD por cabeza a menos que se junten varios. Hay que hablar con Hash que es uno de los dueños.
- Tomar sol, aunque no es de las playas más lindas para ello. Mucho mejor ir a Pulau Weh si se busca descansar y ver peces de colores.
- Visitar las aldeas tradicionales en las colinas y sentarse a tomar un café con la gente local para aprender sobre su cultura. Antoni puede guiarte. Lo encontrás en Dolin o en su móvil: +62 8216 4924 517.
- Alquilar una moto y recorrer la isla para poder tener una idea de cómo se vive.
- Visitar el museo Pusaka Nias en Gunung Sitoli que alberga más de 6’000 objetos relacionados con su patrimonio cultural.
- Ir a la cascada para bañarse en su piscina natural.
- Contratar a Lina que es una de las masajistas recomendadas para hacerte sentir como nuevo después de un día bajo las olas.


















