Yogyakarta es una ciudad y una provincia en la Isla de Java en Indonesia. Es la única que tiene como gobierno un sultanato pre-colonial.
El motivo es entendible: sus sultanes poseen un don para la supervivencia política. Al comienzo de la guerra por la independencia contra los holandeses, el sultán Hamengkubuwono IX luchó del lado de la surgente república declarando su sultanato como parte de ella. Habiendo sacrificado su propia soberanía para ayudar a establecer la nación, fue recompensado en 1950 con una ley que garantizaba el estatus especial de la provincia y el reconocimiento del sultán como gobernador vitalicio.

En 1998, con el comienzo del movimiento democrático en Indonesia, se introdujeron las elecciones para gobernadores en casi todas las provincias excepto en Yogyakarta.
Allí el título de gobernador continuó siendo hereditario y el cargo sostenido por el sultán.
Siendo Indonesia uno de los países más democráticos de Asia Sur-Oriental, el reclamo hereditario del sultán a la gobernación es una anomalía que llama la atención. La presidencia de la nación a intentado varias veces socavar este poder provocando una fuerte oposición por parte de los locales.
El apoyo brindado al sultán puede parecer extraño a todos aquellos que no han vivido allí. El sultanato es visto como símbolo de la ciudad y el corazón de la identidad de Java. Yogyakarta surgió del Sultanato de Mataram que fue el último de los imperios de la isla en resistir la conquista colonial. Los intentos del gobierno nacional de introducir un gobernador electo son tomados como un asalto a sus tradiciones y la condición especial que tienen.
El sultán actual es admirado como un actor político sagaz y es guardián de la tolerancia hacia la diversidad islámica, hindú y budista. Algo que llama la atención, es que, mientras en la mayor parte de los países los presidentes y reyes se sientan de espaldas a una pared como resguardo, el sultán de Yogyakarta se encuentra en medio de un pasillo sin paredes para que todos los vientos pueden tocar su cuerpo. El viento simboliza la voz del pueblo.
El sultanato y la cultura de Java se ve reflejada en el palacio de su reinado. La ciudad surgió alrededor de él. Kraton Yogyakarta fue fundado en 1756 por el príncipe Mangkubumi como el centro del reino de Ngayogyakarta. Kraton o Keraton significa “palacio real” en javanés. Deriva de ka- Ratu -an que representa la residencia de Ratu, título honorífico tradicional para referirse al rey o a la reina.
En la actualidad el complejo cumple diferentes funciones como ser: el hogar del sultán, un centro de artes escénicas en Java y un museo de la historia contemporánea del país como de la línea real de Yogyakarta.



Hay que mantener las expectativas a línea ya que la edificación no inspira admiración. Sin embargo, cada edificio, árbol, patio, pabellón, artefacto y obra de arte contenidos dentro tienen un significado profundo para la ciudad: encierran historias, creencias y simbolismos.
Extendiéndose de norte a sur, se encuentra en eje con el Monte Merapi al que se puede ir en línea recta por Malioboro. Antiguamente se creía que el monte era la morada de Kanjeng Ratu Loro Kidul, la Reina de los Mares del Sur y consorte mítica del mismo. El sultán era considerado un dios-rey hijo de ambos. El Merapi era considerado el origen de la muerte y el renacimiento haciendo visible el equilibrio cósmico y recordando que todo está interconectado. Cada cambio en el comportamiento del volcán significa, para la creencia Javanesa, un cambio en la «creación y destrucción» del mundo.
El camino de Malioboro originalmente fue utilizado como ruta ceremonial. De sur a norte este eje representa el nacimiento del hombre desde lo alto al reino de los mortales, y de norte a sur el regreso del hombre a la dumadi (dios). El Kraton representa al cuerpo físico y el rey al alma real por ende el conjunto simboliza el alma dentro del cuerpo. En el pasado, el sultán solía meditar sobre este eje antes de dirigir una reunión.
La puerta principal, llamada Danapratopo, tiene dos guardianes plateados rellenitos y de ojos saltones (Gupala). Uno se llama Cingkorobolo y el otro es Boloupoto. La función de ambas estatuas es proteger el palacio de cualquier daño o mal.


La enorme barrera (baturana) de la entrada fue diseñada para mantener a los espíritus lejos. Se cree que les resulta difícil doblar en las esquinas por lo que viajan en línea recta permitiendo a la barrera frenarlos.
Una vez dentro, lo primero que ves es un pabellón (Pendopo) que era utilizado por ministros y tropas. Hoy en día se destina a representaciones musicales y teatrales en ocasiones especiales.
Con el fin de llegar a todos los lugares, hay nueve puertas (regol) que deben recorrerse. Este número es el mayor para describir la excelencia y asimismo se relaciona con los nueve hoyos en los seres humanos llamados babahan hawa sanga.
Cada parte del edificio tiene su propio nombre. La sala de reuniones del sultán con los altos funcionarios se llama Pagelaran. Detrás del primer pabellón se encuentra la Siti Hinggil o «tierra elevada». Su suelo es el más alto del lugar y alberga el Manguntur Tangkil Hall donde se encuentra el trono y donde se llevan a cabo las coronaciones reales. La parte principal del Kraton se llama Purworetno y es donde el sultán ejerce sus funciones. A su lado hay un edificio de dos pisos llamado Panti Sumbaga que es la biblioteca privada real. El edificio donde vive el sultán se llama Gedong Kuning.




La mayoría de los pabellones son estructuras abiertas sostenidas por pilares tallados. El Bangsal Kencono o “pabellón de oro”, utilizado para coronaciones y bodas reales, es ejemplo del arte javanés y la diversidad religiosa de la región. Sus cuatro pilares representan los cuatro elementos. Fueron decorados con un patrón rojo hindú, en sus bases con pétalos budistas de loto y, alrededor de sus ejes, con caligrafía árabe citando el Corán en verde y dorado. Las tres religiones se ven representadas en ellos como muestra de unidad.


Deambulando y descansando en el complejo se ven hombres y mujeres en trajes tradicionales. Se trata de la comitiva judicial y los guardias. No hay militares custodiando el lugar ya que se cree que el Keraton es protegido por poderes invisibles. Los guías fueron tomados de los abdi dalem que sirven al sultán. Se visten con uniformes especiales (soldiery) y una kris (daga asimétrica ondulada) atada en la espalda.
En los patios de algunas construcciones se lucen carrozas reales que eran utilizadas para sus bodas. Muchas fueron regalos fabricados en Europa por holandeses. Se necesitan 20 personas para levantarlas.




El museo conmemorativo guarda recuerdos del sultán anterior. La mesa central de la sala presenció cuando se firmó el tratado en el que los holandeses reconocieron la independencia de la nueva nación.
Para deleite de los visitantes, suelen haber presentaciones musicales o de baile en el palacio. El sultán mantiene tres gamelans (grupos de instrumentos musicales tradicionales). El pabellón más cercano a la entrada alberga uno de ellos.
Por las tardes, cuando sus puertas se encuentran cerradas a los visitantes, mujeres en traje tradicional rocían agua y flores en los pilares encendiendo incienso para limpiar el palacio de malos espíritus.
El Kraton es un sitio tranquilo para descansar del tumulto de la ciudad y aprender sobre los orígenes de su cultura y sus artes. Otro de esos lugares para aquellos que saben apreciar los detalles y las historias antiguas.






Horarios: todos los días de 07:30 a 13:00 hs., excepto los viernes que permanece abierto hasta las 24:00 hs.
Costo: 12’500 IDR con guía incluido, 1’000 extra por cámaras de foto (los locales pagan en total 5’000 IDR, por si quieren invitar a alguien). Si te ofrecen cualquier viaje extra y te terminan llevando a una tienda, lo más probable es que los precios estén inflados (mejor ir al mercado central).
Como ir: Queda en el centro de la ciudad al final de Malioboro o la zona turística en Jalan Sastrowijayan. Se puede ir en bus, taxi, becak o coches a caballo (andong).
- Lunes y martes: orquesta javanesa (Gamelan) de 10:00 a 12:00 hs.
- Miércoles: títeres de madera (Golek Menak Wayang) de 9:00 a 12:00 hs.
- Jueves: danza cortesana Javanesa de 10:00 a 12:00 hs.
- Viernes: lectura de poesía (Macapat) de 10:00 a 11:30 hs.
- Sábados: marionetas de cuero de 9:00 a 13:00 hs.
- Domingos: obra de teatro (Wayang Orang) y de 9:00 a 12:00 hs.
Un calendario actualizado de eventos se puede ver aquí.
La mayor celebración anual de la ciudad se celebra en el Kraton. Se trata de Sekaten, la semana del nacimiento del profeta Mahoma en junio. La ceremonia comienza con una procesión que termina a medianoche en la Masjid Gede Kauman. Durante toda la semana se realiza un mercado nocturno (Pasar Malam) en la plaza norte del palacio llamada Alun-Alun Utara. Es interesante ir para tener una idea general de la cultura y la comida tradicional. La finalización del evento se realiza con una montaña de arroz, galletas, frutas y dulces. Los locales se pelean por un trozo pero no se comen, se entierran en los campos de arroz o se guardan como señal de buena suerte.
Les recomiendo pasar por el restaurante del Kraton que cuenta con comida Javanesa tradicional. Suele ser menos picante y más dulce. Por ejemplo carne mezclada con coco o con frutas exóticas. La carta indica los platos favoritos de cada sultán. Hay que calcular aproximadamente 15 USD para dos personas.





