Creo que todos los que planeamos un viaje a Ecuador escuchamos de Baños. Tuve tantas opiniones positivas que a pesar de lo turístico que me parecía me dieron ganas de ir, y no me arrepentí.
El pueblito de Baños es pequeño y ondulado como toda la geografía de la zona. Desde algunas partes de la carretera ves el verde caer para elevarse hasta las nubes, que van y vienen, ciclotímicas como el clima.

¿Qué hay para ver aquí? Naturaleza. La ruta bordeada de frondosas montañas te conduce a través del paseo de las cascadas. Caminando, o con vehículo, por terrenos alternativos llegas a ríos con rápidos, bosques espesos con aves exóticas y enormes paredes rocosas. Los hoteles lujosos suelen tener extraordinarios jardines donde pasar la tarde leyendo bajo el sol mientras los pavos reales pasan a tu lado sin inmutarse por tus movimientos. En uno de estos jardines pasé mis tardes escribiendo, trabajando y leyendo. Las horas pasaban lentas como si supieran mi deseo de estirar el tiempo; deseo motivado por el éxtasis que me producía el calor del sol mientras reposaba inmersa en un mullido manto verde.


Durante el día me iba a recorrer con Sami, mi moto, los alrededores. Fue uno de los lugares del país que más disfrute en moto. Me abría el visor del casco para poder sentir el viento en la cara y el olor a naturaleza.
Las cascadas me gustaron mucho, pero el camino que más disfruté fue el que lleva a La Casa del Árbol. Rulos de ripio, subidas, bajadas y encuentro con otros motoviajeros al final del recorrido. Uno de Israel y el otro de Australia. Aquí comienza una historia de la cual esa misma noche nos reímos mucho. En realidad comienza en Cuenca donde vi pasar dos motos con baúles, les saludé e intenté correrlas pero en la esquina desistí de la persecución. Me acordé de esa escena y les dije que sus valijas me hacían acordar a las de aquellos viajeros. Se rieron: eran ellos. Dos metros más allá de la esquina habían parado preguntándose si me conocían y durante una semana hablaron de la chica que les saludó.

Apenas nos vimos nos hicimos las preguntas de rutina. Pasados los diez minutos en que los tres sonreímos sabiendo que el otro sabía que ya teníamos el discurso preparado como un robotito a rosca, el australiano me dice: “¿Sabés? No te asustes pero los dos estábamos hablando de que la chica de nuestros sueños es motera y viajera, como vos. Y no hay muchas”. Con esto no estoy subrayando que soy ideal pero esta frase, que la escuché tantas veces en el camino, aún me deja paralizada. “Posiblemente no sea la chica de tus sueños, pero quien sabe”, le dije. A veces pienso que parten desde la premisa “es viajera y motera” y de ahí construyen el mundo que quieren, la chica de sus sueños, en vez de mirarme, de verme.
Este no era el caso. Ambos ven el mundo, lo observan en serio. Son actores pero también espectadores, por eso lo dijeron con un deje de “veremos” en el tono. A veces pienso que la mayoría solo somos actores de nuestra vida pero vamos caminando con los ojos vendados, por eso los tumbos, el dolor y las caídas sin sonrisas. Cuando me topo con alguien que ve, lo veo e intuyo que ve. Me hace vibrar diferente y camino a su lado de forma sana y pisando segura. No es que no lo hago sola, pero cuando te ven y podés ser vos es tan lindo… Te hace sentir tan feliz y libre…

Una vez más me desvío del tema: Baños y sus paisajes; Baños y su tranquilidad. Tomé muy pocas fotografías así que el resto te lo vas a tener que imaginar. Pero no es difícil, es un baño de verde.

QUE HACER EN BAÑOS – ECUADOR
Todo lo que hay para hacer en los alrededores involucra actividades al aire libre. Rafting, puenting, canyoning, escalada y cabalgatas son contratables a través de tours (ver siguiente título). Algunas cosas podés hacerlas por tu cuenta. Para casi todas vas a necesitar vehículo propio, algunas se pueden hacer en bicicleta.

Comenzando el recorrido, por la misma carretera, se llega a la Ruta de las Cascadas: un corredor ecológico con vistas muy bonitas entre puente y puente. Las cascadas aparecen a un costado de la ruta por lo que hay que estar atentos para no pasarlas de largo. En el Manto de la Novia, entre otros lugares, se puede cruzar en tarabita, una canasta de metal para que los locales vayan de un lado al otro del valle y los turistas se diviertan. Cuidado porque hace unos años una se cayó repleto de personas, por suerte me enteré después de cruzar. El costo es de 1 USD ida y vuelta.

La Cascada Pailón del Diablo, más adelante, se llama así porque tiene forma redonda, de pailón, y la roca del medio de lejos parece la cara de un diablo. Al final del recorrido hay un pequeño complejo en el cual cobran 1,5 a adultos y 0,75 USD a niños para poder ver la cascada desde abajo o desde el frente, por diferentes caminos. Se puede ir en bicicleta pero hay que tener en cuenta que son un par de kilómetros y hay subidas y bajadas. También hay un tour que cuesta 8 USD. En lo personal prefiero ir sin tour para poder disfrutar el día con los tiempos de uno.



La Casa del Árbol tiene el famoso columpio en el cual te sacás la foto con las montañas de fondo y casi como volando. Además está bueno para ir en familia porque hay un montón de juegos y un espacio verde de pasto ideal para tirar una lona y almorzar una vianda con una vista hermosa a las montañas. Para aquellos que quieran acampar, también se puede, aunque está alejado del pueblo.


Un lugar al que no fui pero me recomendaron mucho es Las antenas o Los Ojos del Volcán en Illuchi. El volcán Tungurahua se encuentra en erupción desde 1’999. El ascenso está prohibido. Las cenizas van y vienen por lo que es recomendable protegerse las vías respiratorias al menos con un pañuelo húmedo y los ojos con anteojos.
Baños de Agua Santa es la ciudad más próxima al cráter (4km). Aún así es un sitio seguro ya que el volcán es monitoreado por autoridades competentes desde hace años. En la zona hay muchos miradores, éste es sólo uno de ellos. También pueblos como Patate posee vistas y zonas de trekking admirables. Para llegar a Los Ojos del Volcán hay que ir rumbo a la estación de buses y cruzar el puente detrás de los puestos de venta. En taxi se tarda 15 – 20 minutos en ascender al mirador.

Para aquellos que puedan costearlo, van a agradecer un poco de relajación en las piscinas termales del hotel Luna Runtun. La gran pregunta es por qué pongo un hotel entre las cosas para ver. La respuesta simple es: la vista. Si no me creés googlealo, te van a dar ganas de ir. Además también hay un montón de piscinas de Aguas termales cerca del pueblo. En soledad me aburre un poco el “plan spa” así que no sabría cuál recomendarles.

CÓMO MOVERSE Y TOURS EN BAÑOS
Pueden encontrar un montón de tours en Baños de rafting, puenting, canyoning, escalada, cabalgata, ciclismo y trekkings a la selva. Dos empresas que proveen estos tours son Geotours Baños y Adventure Equatorland. Hay de todos los precios partiendo desde 8 USD.
Para poder seguir la ruta de las cascadas por tu cuenta necesitas vehículo propio. Si no tienes la opción más barata y popular es alquilar bicicleta por 5 USD al día.


DÓNDE ALOJARSE EN BAÑOS
Los hay de todos los precios y estilos. Les recomiendo dos, uno hermoso pero con un precio alto que es Samari Spa, si aprietan sobre el link pueden conocer más de este hotel. Si no se hospedan allí, vayan a pasear por sus jardines con vistas de la montaña, cientos de flores de todos los colores y pavos reales caminando sobre el césped. El Spa también vale la pena.

La opción barata es Backpackers Los Pinos Baños (lo encuentran así en Google) donde por 9 USD obtienes una cama en habitación compartida con toallas, té/café, desayuno y cena (fideos por lo general) incluidos en el precio. El ambiente es joven y viajero. Para los que tengan que trabajar online no lo recomiendo porque la señal wi-fi no es buena.

Un lugar al que iría a quedarme es la cabaña que ofrece Pailón del Diablo. Cuesta entre 100 y 200 USD por día. En grupo no es caro ya que aloja hasta 6 personas por 200 USD. La recomendación es sólo para los amantes de la naturaleza y aquellos que quieran estar en un lugar sereno ya que la cabaña se encuentra en medio de la salva y junto al río. Orquídeas, todo tipo de pájaros, monos y mariposas rodean el lugar y dan aún más vida al día. Muchos van allí para poder nadar desnudos, cocinarse a su placer o trabajar en medio de la tranquilidad de la naturaleza.
